Si no has estudiado Derecho ni has tenido una formación jurídica, seguramente cuando te toque lidiar con un trámite jurídico tu primera reacción sea entrar en pánico. Es normal, pues desgraciadamente el contenido de los textos de carácter jurídico no suele ser fácil de entender, de hecho, podríamos decir que es como un propio lenguaje, distinto al código común que utilizamos en nuestra vida diaria.
Pero igual que cuando tienes una duda de salud, acudes al médico, también debería normalizarse el acceso a un asesoramiento jurídico de calidad, adaptado a aquello que necesites.
De la misma manera que la democratización del acceso a Internet ha permitido resolver ciertas dudas básicas de Derecho -mediante los fabulosos posts de los propios despachos que yo misma he empleado múltiples veces a lo largo de mi carrera-, ¿por qué no aprovechamos que existen personas de carne y hueso que nos pueden ayudar?
Con esto quiero decir que sí, obviamente si lo necesitas llevaré tu caso y te representaré ante las correspondientes instituciones -fuera y dentro de los tribunales-, pero si tienes una cuestión jurídica y solo necesitas unas aclaraciones, también puedes contar conmigo.
Es importante que defendamos nuestros intereses y que conozcamos lo mejor posible nuestros derechos, para evitar posibles abusos -y para exigir justicia por aquellos de los cuales hemos sido víctimas-.
Con este proyecto pretendo ofrecer un servicio jurídico holístico, cercano y adaptado a aquello que necesites.
Así que ¡no dudes en solicitar mi ayuda!
Suscríbete a la newsletter