Violencia de Género en España

Guía completa para identificar si estás sufriendo violencia de género

¿Qué es exactamente la violencia de género según la legislación española?

La violencia de género constituye una de las violaciones más flagrantes de los derechos humanos fundamentales. Según la Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, esta se define como «todo acto de violencia física y psicológica, incluidas las agresiones a la libertad sexual, las amenazas, las coacciones o la privación arbitraria de libertad» que se ejerce sobre las mujeres por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad.

Mujer de 30 años está arrodillada en un piso de madera gastada en su casa.

Esta definición legal abarca múltiples formas de violencia, que van mucho más allá de la agresión física. La legislación española reconoce explícitamente:

  • Violencia física: Cualquier acto no accidental que implique el uso de la fuerza contra el cuerpo de la mujer.
  • Violencia psicológica: Conductas que producen desvalorización o sufrimiento psíquico, humillaciones, intimidación o amenazas.
  • Violencia sexual: Cualquier imposición de relaciones sexuales no consentidas y de comportamientos sexuales contra la voluntad de la mujer.
  • Violencia económica: Control o privación intencionada de los recursos económicos que corresponden legalmente a la mujer.
  • Violencia digital: Actos de control, hostigamiento o humillación realizados a través de tecnologías digitales.
  • Violencia vicaria: Aquella ejercida contra los hijos/as para causar daño a la madre.

Es importante diferenciar entre violencia doméstica y violencia de género. Mientras que la violencia doméstica se refiere a la ejercida dentro del entorno familiar por cualquier miembro contra otro (incluye maltrato a menores, personas mayores, etc.), la violencia de género se centra específicamente en la violencia que sufren las mujeres por el hecho de serlo, en el marco de relaciones de pareja presentes o pasadas.

Derechos fundamentales de toda víctima

Toda persona víctima de violencia de género tiene garantizados por ley una serie de derechos fundamentales:

  1. Derecho a la información completa y asesoramiento adecuado a su situación personal.
  2. Derecho a la asistencia social integral a través de servicios especializados.
  3. Derecho a asistencia jurídica gratuita, inmediata y especializada.
  4. Derechos laborales y de Seguridad Social, como reducción de jornada, reordenación del tiempo de trabajo, movilidad geográfica, suspensión con reserva de puesto, etc.
  5. Derechos económicos, incluidas ayudas sociales específicas.
  6. Derecho a la protección de datos y limitaciones a la publicidad.

Estos derechos están diseñados para proporcionar un marco de protección integral que aborde todas las dimensiones afectadas por la violencia de género: personal, familiar, laboral y social.

Señales de alerta: Identificando la violencia invisible

Muchas veces, la violencia de género comienza de manera tan sutil que resulta difícil identificarla. Estas primeras manifestaciones, conocidas como «violencia invisible», suelen normalizarse dentro de la relación, confundiéndose con muestras de amor o preocupación.

Control y aislamiento social: primeras manifestaciones

El aislamiento social es habitualmente una de las primeras estrategias del maltratador. No suele manifestarse como una prohibición explícita, sino que se va instalando gradualmente:

  • Críticas constantes a amistades y familiares de la víctima.
  • Creación de situaciones incómodas cuando hay visitas.
  • Cambios de humor cuando la pareja se relaciona con otras personas.
  • Exigencia de explicaciones detalladas sobre con quién habla o a dónde va.
  • Llamadas o mensajes constantes para «saber cómo estás».
  • Presentarse sin avisar donde la víctima ha quedado con otras personas.
  • Manifestar celos y desconfianza como prueba de amor.

Este comportamiento busca reducir las redes de apoyo de la víctima, dejándola cada vez más dependiente del agresor y con menos recursos externos para pedir ayuda.

Violencia psicológica: cuando las palabras duelen más que los golpes

La violencia psicológica deja heridas invisibles pero profundamente dolorosas, y puede manifestarse de múltiples formas:

  • Humillaciones, tanto en privado como en público.
  • Críticas constantes a la apariencia, inteligencia o capacidades.
  • Manipulación emocional y gaslighting (hacerte dudar de tu percepción de la realidad).
  • Amenazas veladas o explícitas.
  • Indiferencia afectiva o castigos con silencio.
  • Culpabilización por los problemas de la relación o los enfados del agresor.
  • Desvalorización de logros o iniciativas.
  • Control de horarios, actividades o forma de vestir.

Un indicador clave es el cambio en la autoestima y comportamiento de la víctima: progresivamente más insegura, temerosa de expresar opiniones, constantemente pendiente de no «molestar» a su pareja y con la sensación de estar «caminando sobre cáscaras de huevo».

Control económico: otra forma de dominación

La violencia económica es particularmente efectiva para crear dependencia y dificultar la salida de la relación violenta:

  • Control exhaustivo de gastos, exigiendo justificantes de cada compra.
  • Administración unilateral de los recursos comunes.
  • Impedimentos para que la víctima trabaje o estudie.
  • Obligación de entregar el sueldo o pensión.
  • Generación de deudas a nombre de la víctima.
  • Ocultación de información sobre los bienes o ingresos familiares.
  • Negación de recursos básicos (alimentación, vestido, gastos médicos).

Las consecuencias de este tipo de violencia pueden persistir mucho después de finalizada la relación, comprometiendo la independencia financiera de la víctima.

Violencia sexual en la pareja: desmontando mitos

Contrariamente a lo que muchos creen, la violencia sexual puede existir dentro de relaciones de pareja o matrimonios. Incluye:

  • Relaciones sexuales forzadas o bajo coacción.
  • Obligación de realizar prácticas no deseadas.
  • Prohibición del uso de anticonceptivos.
  • Imposición de relaciones en momentos o lugares inadecuados.
  • Comparaciones humillantes con otras personas.
  • Tratamiento como objeto sexual, ignorando las necesidades de la víctima.

Es fundamental entender que el consentimiento debe darse en cada relación sexual, y que estar en una relación de pareja no implica la obligación de mantener relaciones sexuales en contra de la voluntad propia.

El ciclo de la violencia: cómo opera y por qué es tan difícil salir

El maltrato en la pareja no suele manifestarse como una violencia constante, sino que sigue un patrón cíclico identificado por la psicóloga Lenore Walker. Este «ciclo de la violencia» explica por qué muchas víctimas permanecen en relaciones abusivas durante largos períodos.

Zapato masculino destruye ramo de flores. La violencia va mostrando sus fases de una forma progresiva

Fase de acumulación de tensión

En esta primera fase, el agresor muestra creciente irritabilidad por asuntos menores:

  • Expresiones de hostilidad, resentimiento o insatisfacción.
  • Inicio de insultos y menosprecios.
  • Postura amenazante, intimidación.
  • Discusiones cada vez más frecuentes.
  • Comienzo de pequeños incidentes violentos (empujones, agarrones).

Durante esta fase, la víctima suele intentar calmar al agresor, disculpando su comportamiento o asumiendo la culpa. Hay una sensación constante de «caminar sobre cáscaras de huevo», intentando evitar cualquier acción que pueda desencadenar la violencia.

Fase de explosión o agresión

La tensión acumulada termina desembocando en un episodio violento:

  • Violencia física, desde empujones hasta agresiones severas.
  • Violencia psicológica intensa: insultos, amenazas, humillaciones.
  • Posibles agresiones sexuales.
  • Destrucción de objetos.
  • Episodios que pueden durar horas o incluso días.

Esta fase suele ser la más breve del ciclo, pero también la más intensa y peligrosa. Es cuando las víctimas, si denuncian o buscan ayuda, suelen hacerlo.

Fase de «luna de miel»

Tras la explosión violenta, llega un período de aparente calma y arrepentimiento:

  • El agresor pide perdón y muestra arrepentimiento.
  • Promesas de cambio y de que «nunca más volverá a ocurrir».
  • Comportamiento extremadamente amable y cariñoso.
  • Regalos y atenciones especiales.
  • Momentos de felicidad que recuerdan a la víctima «por qué se enamoró».

Esta fase es particularmente perversa porque refuerza la esperanza de la víctima de que el agresor puede cambiar. Sin embargo, a medida que el ciclo se repite, esta fase tiende a acortarse y eventualmente desaparece, quedando solo las fases de tensión y agresión.

Neurobiología del trauma y factores sociales

La permanencia en relaciones violentas no es una cuestión de debilidad o masoquismo, sino que responde a complejos factores:

  • Trauma bonding: vínculo emocional paradójico que se desarrolla como mecanismo de supervivencia.
  • Indefensión aprendida: estado psicológico donde la persona aprende que está indefensa y no puede modificar su situación.
  • Miedo real: el momento de mayor riesgo para una víctima es cuando intenta abandonar la relación.
  • Dependencia económica: falta de recursos propios para establecerse independientemente.
  • Preocupación por los hijos/as: temor a perderlos o a que sufran consecuencias.
  • Factores sociales y culturales: presiones familiares, religiosas o culturales para mantener la familia unida.
  • Esperanza de cambio: reforzada por la fase de «luna de miel» y las promesas del agresor.

Entender estos factores es fundamental para comprender por qué no es tan sencillo como «simplemente irse» y para proporcionar el apoyo adecuado a las víctimas.

Impacto en los hijos/as: víctimas directas e indirectas

Los/as menores que viven en hogares donde existe violencia de género son siempre víctimas, ya sea como testigos (víctimas indirectas) o como objetivos directos de la violencia. La Ley Orgánica 8/2021 de protección integral a la infancia y la adolescencia reconoce explícitamente que los/as menores son víctimas directas de la violencia de género.

Dos niños de 3 años acompañan al padre a la cocina

Consecuencias psicológicas y emocionales en menores

El impacto de presenciar violencia contra sus madres es profundo y multidimensional:

  • Trastornos del sueño y alimentación
  • Regresiones en el desarrollo (enuresis, comportamientos infantiles)
  • Problemas de socialización y aislamiento
  • Baja autoestima y sentimientos de culpabilidad
  • Ansiedad, depresión y estrés postraumático
  • Dificultades de concentración y bajo rendimiento escolar
  • Agresividad o extrema pasividad
  • Normalización de la violencia como forma de relacionarse

Estos efectos pueden manifestarse a corto plazo o emerger años después, con consecuencias que perduran hasta la edad adulta.

Protección legal de los menores en situaciones de violencia de género

La legislación española contempla medidas específicas para proteger a los/as menores:

  • Suspensión de la patria potestad, custodia o régimen de visitas del agresor.
  • Asistencia psicológica especializada.
  • Consideración del interés superior del menor en todas las decisiones judiciales.
  • Prohibición de la mediación familiar en casos de violencia de género.
  • Rechazo del falso Síndrome de Alienación Parental (SAP) como argumento judicial.

La reciente modificación del artículo 94 del Código Civil establece que no procederá el establecimiento de un régimen de visitas respecto al progenitor condenado por violencia doméstica o de género.

Transmisión intergeneracional de la violencia: rompiendo el ciclo

Existe un riesgo real de reproducción de patrones violentos en la edad adulta:

  • Los/as niños/as pueden interiorizar modelos relacionales basados en el control y la dominación.
  • Los varones pueden identificarse con el rol del agresor.
  • Las niñas pueden normalizar el papel de víctima.

Sin embargo, esta transmisión no es inevitable. Con apoyo adecuado y modelos alternativos positivos, los/as menores pueden desarrollar relaciones saludables e igualitarias en su vida adulta. La intervención temprana es clave para romper este ciclo.

Mitos y realidades sobre la violencia de género

Los mitos en torno a la violencia de género no solo perpetúan estereotipos dañinos, sino que también obstaculizan la detección temprana y la búsqueda de ayuda.

Abogada explica los mitos de la violencia de género machista en juicio público por maltrato doméstico

«Si fuera grave, ella se iría»: barreras reales para abandonar la relación

Esta afirmación ignora las múltiples barreras que enfrentan las víctimas:

  • Riesgo de letalidad: el período de mayor peligro es precisamente cuando la mujer intenta abandonar la relación.
  • Dependencia económica: muchas mujeres carecen de recursos propios suficientes para establecerse independientemente con sus hijos/as.
  • Aislamiento social: después de años de control, muchas víctimas han perdido sus redes de apoyo.
  • Miedo: a represalias, a perder a los/as hijos/as, a no ser creídas.
  • Normalización: después de años de maltrato, algunas víctimas han normalizado la situación.
  • Esperanza de cambio: reforzada por las promesas durante la fase de «luna de miel».
  • Vergüenza y culpa: sentimientos que impiden pedir ayuda.

Abandonar una relación abusiva no es un evento único, sino un proceso que requiere planificación, apoyo y recursos.

«Las denuncias falsas son frecuentes»: datos oficiales que lo desmienten

Este mito es particularmente dañino porque disuade a muchas víctimas de buscar protección legal. Los datos oficiales de la Fiscalía General del Estado desmienten categóricamente esta creencia:

  • Las denuncias falsas representan menos del 0,01% del total de denuncias por violencia de género.
  • Por el contrario, se estima que aproximadamente el 80% de los casos de violencia machista no se denuncian.
  • El sistema judicial incluye mecanismos para detectar posibles falsedades.

La realidad es que muchas víctimas no denuncian por miedo, desconfianza en el sistema judicial, o preocupación por las consecuencias para sus hijos/as.

«Solo ocurre en entornos desfavorecidos»: la violencia transversal

La violencia de género es un fenómeno que trasciende clases sociales, niveles educativos, orígenes étnicos y entornos culturales:

  • Afecta a mujeres de todos los estratos socioeconómicos.
  • Las mujeres de clase alta o con alto nivel educativo pueden enfrentar barreras adicionales para denunciar debido al estigma social.
  • Los entornos privilegiados pueden proporcionar más herramientas para ocultar el maltrato.
  • Factores como el nivel educativo o económico no son predictores del comportamiento violento.

La raíz de la violencia de género se encuentra en las desigualdades estructurales y en los roles de género tradicionales, no en circunstancias socioeconómicas específicas.

Recursos disponibles: dónde y cómo pedir ayuda

España cuenta con una amplia red de recursos para apoyar a las víctimas de violencia de género en todas las fases: desde la emergencia hasta la recuperación integral.

Mujer denuncia a su compañero ante la policía nacional como agresor y solicita protección

Líneas de atención inmediata: teléfonos y servicios 24h

  • 016: Teléfono gratuito de información y asesoramiento jurídico, disponible 24/7, en 53 idiomas. No deja rastro en la factura.
  • WhatsApp 600 000 016: Para consultas por mensaje escrito.
  • Email: 016-online@igualdad.gob.es
  • 112: Teléfono de emergencias para situaciones de peligro inmediato.
  • 091 (Policía Nacional) o 062 (Guardia Civil)
  • ATENPRO: Servicio telefónico de atención y protección para víctimas con orden de protección.

Estos recursos ofrecen atención inmediata y pueden ser el primer paso para salir de una situación de violencia.

Recursos de acogida y protección: opciones de emergencia

Para mujeres que necesitan abandonar inmediatamente su domicilio:

  • Centros de emergencia: Acogida inmediata, disponibles 24 horas.
  • Casas de acogida: Alojamiento temporal (normalmente hasta 6 meses) con atención integral.
  • Pisos tutelados: Para mujeres que han pasado por casas de acogida y necesitan más tiempo para su recuperación.

Estos recursos proporcionan no solo alojamiento seguro, sino también atención psicológica, asesoramiento legal y apoyo en la búsqueda de empleo y vivienda.

Asistencia legal: derechos y procedimientos

Toda víctima de violencia de género tiene derecho a:

  • Asistencia jurídica gratuita e inmediata, sin necesidad de acreditar insuficiencia de recursos.
  • Asesoramiento previo a la interposición de la denuncia.
  • Representación legal especializada en todos los procesos relacionados con su situación.
  • Acompañamiento en todo el proceso judicial.

Los Colegios de Abogados disponen de Turnos de Oficio especializados en violencia de género para garantizar este derecho.

Apoyo psicológico: recuperación y reconstrucción

El impacto psicológico de la violencia de género requiere atención profesional especializada:

  • Servicios de atención psicológica de las comunidades autónomas y ayuntamientos.
  • Programa de atención psicológica a mujeres víctimas del Ministerio de Igualdad.
  • Asociaciones especializadas que ofrecen terapia individual y grupos de apoyo.

La recuperación psicológica es fundamental para romper definitivamente con la relación violenta y reconstruir una vida plena.

Pasos legales para protegerte: guía práctica

Conocer el proceso legal y tus derechos es fundamental para tomar decisiones informadas y protegerte adecuadamente.

El Estado español y sus instituciones proveen los mecanismos de protección y ayuda estándares con gestión sencilla y personal

Cómo documentar la violencia: evidencias válidas legalmente

Recopilar pruebas es crucial, especialmente en casos de violencia psicológica:

  • Mensajes y correos electrónicos: Guarda capturas de pantalla.
  • Grabaciones de audio (siempre que seas partícipe de la conversación).
  • Fotografías de lesiones o daños materiales.
  • Informes médicos de lesiones físicas o afectaciones psicológicas.
  • Testimonios de familiares, amigos/as o vecinos/as que hayan presenciado incidentes.
  • Diario detallado de incidentes, incluyendo fechas, horas y descripciones.

Es importante guardar esta documentación en un lugar seguro, fuera del alcance del agresor, y si es posible, hacer copias de seguridad digitales.

La denuncia: proceso, derechos y acompañamiento

Puedes presentar denuncia en:

  • Comisarías de Policía (Nacional o Autonómica)
  • Cuarteles de la Guardia Civil
  • Juzgados de Guardia
  • Juzgados de Violencia sobre la Mujer

Durante el proceso de denuncia tienes derecho a:

  • Estar acompañada/o por una persona de tu confianza.
  • Contar con asistencia letrada gratuita e inmediata.
  • Intérprete si no dominas el idioma.
  • Asistencia social y psicológica.
  • Que se te informe de todos tus derechos de forma clara y comprensible.

La denuncia debe ser lo más detallada posible, especificando todos los hechos relevantes, especialmente los más recientes.

Orden de protección: qué es y cómo solicitarla

La orden de protección es un instrumento legal que concentra:

  • Medidas cautelares penales (prohibición de aproximación, comunicación, tenencia de armas).
  • Medidas civiles provisionales (uso de vivienda familiar, custodia de hijos/as, pensión de alimentos).
  • Activa el acceso a medidas de asistencia y protección social.

Puede solicitarse junto con la denuncia o posteriormente, y se resuelve en una audiencia urgente (máximo 72 horas). Es importante acudir a esta audiencia con asistencia letrada.

Después de la denuncia: proceso judicial y medidas de apoyo

Una vez iniciado el proceso judicial:

  • El caso se remitirá al Juzgado de Violencia sobre la Mujer.
  • Es posible que se celebre un juicio rápido si los hechos son flagrantes.
  • Se adoptarán medidas de protección si se considera necesario.
  • En caso de sentencia condenatoria, se establecerán penas y posibles indemnizaciones.

Durante todo el proceso tienes derecho a información actualizada sobre tu caso y a contar con apoyo psicológico y social.

Plan de seguridad personal: preparación para situaciones de riesgo

Diseñar un plan de seguridad es fundamental, especialmente si aún convives con el agresor o estás en proceso de separación.

Asesoría legal especializada contra la violencia de género machista en España

Evaluación del nivel de peligro: cuándo es urgente actuar

Algunos indicadores de alto riesgo que requieren acción inmediata:

  • Amenazas de muerte o suicidio.
  • Acceso a armas.
  • Incremento en la frecuencia o gravedad de la violencia.
  • Violencia durante el embarazo.
  • Intento de estrangulamiento.
  • Comportamiento obsesivo, celos extremos o control absoluto.
  • Consumo abusivo de alcohol o drogas.
  • Amenazas a los/as hijos/as.

Si identificas varios de estos indicadores, es urgente buscar ayuda profesional y considerar un plan de salida inmediato.

Preparación de documentación y recursos esenciales

Ten preparado, en un lugar seguro o con una persona de confianza:

  • Documentación personal y de los/as hijos/as (DNI, pasaportes, libros de familia, tarjetas sanitarias).
  • Documentos bancarios y tarjetas de crédito.
  • Llaves de casa y del coche.
  • Medicación necesaria.
  • Algo de dinero en efectivo.
  • Ropa para unos días.
  • Teléfono móvil con batería y cargador.
  • Objetos con valor sentimental o irreemplazables.

Esta preparación no significa que debas irte inmediatamente, pero te proporciona mayor libertad para tomar decisiones en momentos críticos.

Red de apoyo: construcción y activación en emergencias

Identifica personas de confianza que puedan ayudarte en una emergencia:

  • Establece códigos de comunicación para alertarles sin despertar sospechas.
  • Acuerda lugares seguros donde puedas ir temporalmente.
  • Comparte tu ubicación en tiempo real con personas de confianza.
  • Informa a vecinos/as de confianza para que alerten a las autoridades si escuchan altercados.

Reconstruir redes de apoyo es fundamental, especialmente si el agresor te ha aislado de familiares y amistades.

Estrategias de autoprotección en diferentes escenarios

  • En casa: Identifica las habitaciones más seguras (con salidas y sin objetos peligrosos), evita cocina y baño durante discusiones.
  • En la calle: Varía rutinas, evita lugares aislados, ten el móvil siempre accesible.
  • En el trabajo: Informa a personal de seguridad y compañeros/as de confianza, solicita no revelar información sobre ti.
  • Con los/as hijos/as: Enséñales a llamar a emergencias y a buscar ayuda, establece un plan de seguridad adaptado a su edad.

Recuerda que estas medidas no sustituyen la ayuda profesional, sino que la complementan.

La recuperación es posible: historias de superación

Superar la violencia de género es un proceso, no un evento único, y cada persona tiene su propio ritmo y camino de recuperación.

La violencia física agravada contra la mujer es de difícil tratamiento por las consecuencias psicológicas que afectan por años

El proceso de sanación y reconstrucción personal

La recuperación después de una relación violenta implica varias fases:

  • Seguridad: Establecer condiciones que garanticen el bienestar físico y emocional.
  • Recuerdo y duelo: Procesar la experiencia traumática e integrarla en la historia personal.
  • Reconexión: Reconstruir relaciones saludables y participar nuevamente en la comunidad.

Es normal que este proceso no sea lineal, con avances y retrocesos. La paciencia y el acompañamiento profesional son fundamentales.

Superar la culpa y el miedo: aspectos psicológicos

Muchas supervivientes experimentan:

  • Sentimientos de culpa por «haber permitido» el maltrato.
  • Vergüenza por lo vivido.
  • Miedo a que no las crean o a ser juzgadas.
  • Dificultades para confiar en nuevas relaciones.
  • Síntomas de estrés postraumático.

El apoyo psicológico especializado es esencial para abordar estas secuelas y transformar la identidad de víctima a superviviente.

Hacia una vida libre de violencia: herramientas y recursos

La reconstrucción incluye diversos aspectos:

  • Independencia económica: Programas de inserción laboral y ayudas económicas.
  • Vivienda segura: Acceso prioritario a vivienda protegida.
  • Salud integral: Atención médica y psicológica continuada.
  • Formación: Oportunidades educativas y de capacitación.
  • Relaciones sanas: Aprendizaje de patrones de relación igualitarios.

Las asociaciones de mujeres supervivientes ofrecen espacios de apoyo mutuo invaluables, donde compartir experiencias y estrategias con quienes han pasado por situaciones similares.

Preguntas frecuentes sobre violencia de género

Víctima de violencia de género o machista rescatada por los paramédicos de Barcelona, España. La mujer está consciente, aunque agotada.

¿Puedo denunciar sin separarme?

Sí, la denuncia y la decisión de separarse son procesos independientes. Muchas mujeres denuncian mientras continúan conviviendo con el agresor. En estos casos, es especialmente importante contar con medidas de protección adecuadas.

¿Qué ocurre si retiro la denuncia?

Retirar una denuncia no implica necesariamente que el proceso judicial se detenga, ya que los delitos de violencia de género son perseguibles de oficio. Sin embargo, sin tu testimonio, puede ser más difícil probar los hechos, lo que podría llevar a un sobreseimiento o absolución.

Si estás considerando retirar la denuncia debido a presiones o miedo, es fundamental que hables con tu abogado/a y busques apoyo psicológico antes de tomar esta decisión.

¿Tendré ayuda económica si denuncio?

Existen varias ayudas económicas para víctimas de violencia de género:

  • Renta Activa de Inserción (RAI).
  • Ayudas para víctimas con escasas posibilidades de empleabilidad.
  • Anticipos del Fondo de Garantía de Alimentos para hijos/as.
  • Acceso prioritario a vivienda protegida y residencias públicas.

El acceso a estas ayudas suele requerir la acreditación de la condición de víctima, generalmente mediante una orden de protección o informe del Ministerio Fiscal.

¿Cómo protejo a mis hijos/as durante el proceso?

  • Mantén una comunicación clara y adaptada a su edad, sin demonizar al otro progenitor.
  • Busca apoyo psicológico especializado para ellos/as.
  • Solicita medidas de protección que les incluyan si existe riesgo.
  • Informa al colegio sobre la situación y las medidas de protección vigentes.
  • Establece rutinas previsibles que les den seguridad.
  • Respeta su proceso emocional, que puede incluir sentimientos contradictorios.

La prioridad debe ser siempre el bienestar emocional y físico de los/as menores.

Conclusión

Reconocer la violencia de género es el primer paso para escapar de ella. Las señales pueden ser sutiles al principio, pero con información y apoyo adecuados, es posible identificarlas antes de que la situación escale.

Recuerda que no estás solo/a y que existen recursos legales, psicológicos y sociales para apoyarte en todo el proceso. La recuperación de una vida libre de violencia es posible, y tienes derecho a ella.

Si has identificado señales de violencia en tu relación o conoces a alguien que podría estar sufriéndola, contacta conmigo para una consulta confidencial donde analizaremos tu situación y las opciones legales disponibles. Tu seguridad y bienestar son prioritarios, y cada caso es tratado con absoluta discreción y enfoque personalizado.

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